martes, 15 de enero de 2008

Como a veces decimos en mallorquín "I ara que deim d'aixo" (Y ahora que decimos de esto) ¨¿a que traduciendo soy un lince?. A mi me ocurre a veces ante fotografías como esta que debo pensar antes de poderla definir o hacer algún comentario. Indudablemente el primer pensamiento será lascivo, o más bien nos inducirá a imitar lo que vemos. O sea que nuestra primera reacción será la de mordernos nuestro labio y a continuación humedecerlos con saliva, para ello sacaremos la lengua y desplazándola lateralmente lo conseguiremos. Después de tragar saliva, que habremos segregado durante el movimiento reflejo descrito anteriormente, procederemos a examinar mejor la imagen. ¿Que estaría haciendo? o ¿Que estaría mirando para morderse así el labio? estas y otras preguntas, que tal vez no sea conveniente transcribir aquí y ahora, nos las haremos en silencio. Pero al final nos rendiremos ante esos labios pintados de rojo pasión brillante y esos dientes blancos, como la nieve de primavera, pertenecientes a alguna persona joven que se realiza con esmero y constancia su higiene buco dental. Y ete aquí que llegados a ese momento, empezaremos a fijarnos en la tersura de esa blanca y pálida piel, en ese vello casi imperceptible que salpica aquí y allá el entorno de la comisura de los labios y trataremos de ponerle el rostro completo. Buscaremos denodadamente en nuestra memoria algún parecido razonable que nos permita descubrir quien es. ¿Jane Mansfield? o tal vez ¿Márilyn Monroe?, y finalmente nos decidiremos por alguna y nos daremos por satisfechos ante nuestro cuestionable triunfo ya que seguramente no será la que hemos decidido que sea. Hay que ver, un detalle de un rostro y lo que da de sí. ¿Os imagináis si la fotografía hubiese sido del cuerpo entero? seguro que daría para un libro. ¡Ah! por cierto, y hablando de libros, otro día sin escribir ni "Mu", y eso que hoy pensaba crear "Que li farem". Un beso a todos de parte de ella, dado que yo si se quien es. :-)



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