martes, 29 de abril de 2008

A buenas horas, mangas verdes...

.... o algo así, me dirá alguno de Ustedes cuando lea lo que sigue a continuación, pero es que tengo la memoria cada vez peor (Lean: "Tomaré memorión") y es que acabo de acordarme de una de las promesas que me hice a mi mismo la pasada noche vieja, por lo que es fácil deducir que también la promesa se ha vuelto vieja. La auto-promesa en cuestión era que este año, o sea el dos mil ocho, iba (aunque aun puedo) a aprender a tocar la guitarra. Esto que parece tan banal, provocó una multitud de improperios y reproches por parte de mi excelsa esposa entre los que me anunciaba que no solo no lo iba a hacer sino que taxativamente no lo haría. Y allí quedó olvidada, justo después de nacer, mi maravillosa promesa. Hasta que, hace poco, vi esta foto, y pensé tres cosas: la primera, que me había hecho la promesa de aprender a tocar la guitarra, la segunda: que debido al olvido, no me había comprado aun el instrumento (que sale en la foto, y para los no entendidos les diré que la guitarra es lo que hay delante) y la tercera: que la señorita de la foto estaba para mojar pan y comérselo, al pan, claro. Y si me apuran, también la señorita ¿a que si? salu2

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